EDAD TEMPRANA

Es fácil comprender que para un buen diagnóstico y tratamiento a un paciente menor de edad, a éste hay que desmantelarle las barreras psicológicas.
El paciente (menor de edad) tiene limitaciones en cuanto al desarrollo del lenguaje. Su comprensión es limitada, su capacidad de adaptación esta siendo puesta a prueba. 

De esta manera hay dificultades para la efectiva comunicación. Vosotros, como profesionales del sector buco-dental, recomendáis técnicas que, a modo de receta, buscáis la producción de mejoramientos en el comportamiento de los pacientes, variando de actitudes permisivas a rígidas y disciplinarias, con el factor común de intentar hacerlo lo mejor posible para la calma del niño.

Como se ha visto en desarrollo emocional, la primera forma de comunicación del malestar de cualquier orden es el llanto. A esta forma de expresión recurren con frecuencia los niños ante el miedo, la ansiedad y el dolor, siendo, en muchos casos, la primera reacción observable desde el punto de vista del dentista tratante. 


Vamos a explicar los cuatro tipos de llanto:

Llanto obstinado: consiste en llanto fuerte, con gritos, ordenes y amenazas, movimientos de la musculatura gruesa y conducta agresiva tipo pataleta.

Llanto atemorizado: con abundantes lágrimas, quejas, vocalización lastimera, solicitudes de llamar a la mamá, movimientos de evitación con la cabeza, manos cubriendo la cara y evitación del contacto visual con el dentista.

Llanto herido de poco volumen: con respiración alterada, manos y extremidades tensas.

Llanto compensador: consiste en una emisión de sonidos que sirven más para neutralizar o compensar, los ruidos producidos por instrumentos o equipos del operador.


Las actitudes DEBEN ser diferentes ante estos diversos tipos de llanto, ya que son igualmente diversas las causas que lo provocan. 

El primero requiere de una actitud firme, desde el control por medio de la voz, en una instrucción clara y perentoria, a restricción física. 

El segundo, por el contrario, demanda comprensión y apoyo, para disminuir el temor, dar explicaciones técnicas en acciones traumáticas y breves para permitir al paciente (niño) a ir tomando contacto gradual con la situación. 

El llanto herido representa un error del operador (vosotros), ya que esta provocando dolor a vuestro paciente y esta situación debe ser controlada de inmediato, además de pedir disculpas al niño. 

El llanto o ruido compensador puede ser disminuido, si es molesto, mediante una solicitud comprensiva por vuestra parte, el uso de la imaginación juega un papel fundamental "este ruido es similar al que hace Bob Esponja cuando corre detrás de un pez" (...)

La técnica a aplicar, según estas respuestas dependen también de la empatia, la cual debe educarse.

Odontology Coach, os dará herramientas y formación para tratar este tipo de situaciones. 


Los tipos de llanto pueden ayudar a entender como se siente un niño. Se ha observado que la conducta del dentista es influenciada por la conducta de los niños. Estos pueden utilizar más orden y contacto físico con los niños asustados, mas aun, mostrar más negación de sentimientos o comentarios despectivos y restricción en los niños con claras manifestaciones de miedo. 


Los dentistas manifiestan alto estrés frente a resistencia moderada motora, a pequeñas muestras de llanto, a movimientos agresivos y gritos, de tal modo que parece esta situación involucrada al control emocional del profesional.

Parte de nuestra formación estará dedicada a enseñaros habilidades para el uso de la imaginación y fantasía del niño , el uso del elogio, presentación de opciones, evaluación de resultados, autenticidad del aprecio, las reglas del juego y por supuesto a crear unos factores ambientales que producen conductas determinadas en vuestras consultas.

No obstante, siempre a vuestro lado, estará un Coach experto en materia que os guiará en cada situación para que vuestra preocupación solo sea la salud buco-dental del paciente.

Grupo Odontology Coach.